LA BELLEZA ES UN CAMPO MINADO

La página intentará reflejar opniones y entrevistas a personalidades de nuestra época. Les agradezco su visita.

Nombre: Sergio Kisielewsky
Ubicación: Capital Federal, Buenos Aires, Argentina

Sergio Kisielewsky nació en Buenos Aires en 1957. Integró el Taller Literario Mario J. De Lellis y la Revista Mascaró. Publicó los libros de poemas Algo de la época, Memoria caníbal, Corazón negro, Electrificar Rusia y La belleza es un campo minado. Es periodista.

12/10/2012


Obra y vida en Emilio Villafañe

Una aventura sin pilas ni cables

POR SERGIO KISIELEWSKY

La arcilla se parece al corazón, la amasan fuegos rápidos, se cuece entre las
manos, son como un músculo muy elástico, son excusas para narrar las
grietas, los amores, los aromas que la lluvia no llevará. Cerámicas con y
sin horno es un puente para emprender el viaje, una travesía que se inicia
en una casa en Wilde. En el fondo hay un palo borracho y un limonero hay
una fauna y flora y también el barro, los cantos rodados que deja ver la luz
que la vida atravesó. Porque tu obra Emilio es una forma de amortiguar el
tiempo, de dejar entre paréntesis el vuelo de los pájaros, las torcazas del
mundo y la playa eterna. Ahí te veo Emilio en Valeria del Mar con el
tramayo, las paletas, la número cinco de cuero que gira y es imposible
ganarte un cabeza o un picadito cuando se acerca la noche a los médanos.
Tal vez me anime a empardarte al truco. Allí a pocas cuadras del mar que
siempre recomienza está tu casa a pocas cuadras de la costa y en el centro
de todos los encuentros está la mesa redonda que trajo Elba tu mamá
cuando aquellos lares era un páramo de pocos habitantes, cuando se podía
acampar en la arena. En esos encuentros el mantel siempre estaba tendido y
las botellas giraban de mano en mano como el regalo que me hizo la vida
escuchándote o viéndote hacer arte también con la carne en la parrilla y las
brasas esas que mirábamos como a las estrellas que nunca se animaron a
bajar Allí se sentían los sabores eternos de la amistad a prueba del viento
del sur, como dijo Serrat “el odio se amortigua detrás de la ventana”
mientras nosotros y nuestras parejas de entonces estirábamos la noche
hasta borrar toda sombra.
El día de la inauguración de la muestra estaban tus hijas Paula y Florencia
orgullosas de que la creación lo atraviese todo. Por eso cuando vi el abrazo
de los ceramistas tus colegas que concurrieron en masa a saludarte no me
extrañó tanta devoción, es lo que sembraste en una era donde lo mediático
entorpece el origen de la búsqueda estética que siempre en tu caso fue
ética.
Emilio Villafañe es Gran Premio de Honor “Presidencia de la Nación”
Salón Nacional de las Artes Visuales Palais de Glace (2003) además de
haber obtenido múltiples premios en ciudades de nuestro país y España.
Emilio siempre intentando una nueva visión un nuevo emprendimiento,

siempre buscando en su refugio, en Esquel, en Gesell allí donde había
avidez de crear un legado en las artes plásticas. Ver su obra es ver que los
cacharros explotan de sentidos, tal vez pinchen o tal vez caminen como
aquellas piezas que en los años de plomo titulaste “La moral y las buenas
costumbres” que por cierto desafiaste con tus colores, tus platos mágicos y
con la ternura siempre de pie.
Villafañe es Rector y Docente del Instituto Municipal de Cerámica de
Avellaneda, profesor de Alfarería del Taller Municipal de Cerámica
de Villa Gesell entre 1997 y 2009 y en estos días realizó un alto en su
trabajo diario y nos obsequia esta obra multicolor como iceberg de toda su
producción y trayectoria. Allí están los toros con climas picasianos junto
a la textura de los relieves, la armonía dislocada de los vasos, bancos,
banquetas, perlas de material inasible como el arte que se escapa entre
las manos. Las siento como joyas de arena que trae el mar, la dicha, la
obstinada creencia de que aquí en medio de nuestra ciudad plantás bandera.
“Trabajo el concepto del oficio como herramienta para expresar la imagen.
La construcción es mi tarea cotidiana porque puedo dejar marcas, huellas,
sedimentos y las impresiones que me suceden cada día, entre la sutileza de
lo sensible y la aridez de algún método que me permite hacer cerámicas.
Cada día pienso si es necesario. Cada día intento hacer lo que pienso. La
cerámica me convida con sus fueguitos para acompañar el camino”. No
es necesario Emilio es imprescindible. Te estamos esperando para subir la
callejuela empinada. Para ver si se puede construir entre escombros, terciar
en la maleza y ver que el mar y las figuras de playa son una misma cosa,
irrepetible, incansables, sujetas a la luz